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Irme. Emprender la partida. Abandonar la casa de los espejos que reflejan mi espanto. Irme. Tomar por el camino de grava atravesar el bosque profundo no mirar atrás no dar la vuelta. Irme. Desandar el laberinto de piedras. Caminar sin diletancias sin dudas sin penas. Con los pies alados con los pies heridos caminar en carne viva con los huesos irme. Lacerada desarmada convencida ciega. Irme desatando cortando mutilando.
Con el polvo en la garganta con las manos vacías con el pecho en llamas. Sorteando todas las trampas los peligros los pecados. Convencida incrédula redimida transformada.
Como un acto de fe o de guerra
regresar
a mí
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Si me detengo
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Si me detengo, me veo. Una niña en el campo. Olor a pan de miel y a castañas asadas. El telar crujiendo a la hora de la siesta.
Me veo. Largas horas tejiendo. Hilando.
Cerca de los leños y las cabras.
Cerca de la falda de mi madre, del olor acre del ganado.
Cerca de la escarcha en nuestro huerto.
Lejos de este ejército al que me consagro.
Pero no puedo detenerme. Avanzo. Cientos de hombres me prestan sus manos para matar a otros hombres. Me hiere lastimarlos. Aunque no sea yo quien atraviesa la carne (Avanzo)
No hay nombre para el dios que me toma y me quema.
Por eso la espada.
Porque es inútil nombrarlo.
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