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espiral y de pronto olerte
en mi cuello el corazón detenido olerte
tan cerca tu boca
se mojan mis manos sin tocarte
esperá, no podés, esperá
sujetar detener entrar
deshaciéndote deshaciendo
el deseo el miedo de entrar hundirme escalar
el hueso de tu pelvis desde adentro
ahogarme en luces
reconocerte en mí más que en tu cuerpo
en mi lengua en el modo
de arquearse o expandirse
olerte
mis manos
pupilas
maldito imán tan cerca tu boca
grietas sangran lava
y no poder el no
hundirte escalarme fuego verde como nunca
como nadie
¿por qué huí? ¿recordás?
demasiado, mordiste, demasiado
incluso para mí
para vos, no podés, esperá
por qué ahora otra vez
el corazón detenido entrar sin tocarte
olerte fuego verde tus ojos
cogerme impúdica sin estar
otra vuelta por qué huí del espiral?
recordás?
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