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Si tan sólo fuera vivir y deslizarse por las rutinas, quizás entonces el susto o la ausencia de fuerzas espantaría la queja. Si tan sólo fuera quejarse, si todos se quejan, todos defienden más que al oxígeno su derecho militante a la queja y entonces quejarme ya me ahuyenta por sentir esa música agotando mis palabras.

Pocas cosas quedan en esta mujer pletórica de intensidades, quizás la intensidad misma, el reducirse la tragedia a pocas líneas, a titulares que no se reiteran pero se amalgaman en catástrofes.

Unas células disueltas en el éxtasis amoroso que no han vuelto a encontrar su estructura y avanzan con mis pasos desarmadas como simulando un cuerpo.

Un útero lleno de ausencia lleno de rieles que no conducen y una sirena inextinguible marcando las 20.30 cada día pero a las 2 a.m. cuando ya no hay refugio para el desgarro. La sombra de un hombre que sostiene las metáforas cuando subvirtió el orden y se encadenó al otro lado de lo que auguraba su mente. Unas letras que no dicen que no alcanzan que no aprenden a llorarme lo cual era la torpe intención de este instante. Una mujer tibia honda lejana envolvente; siempre promesa en la que ya no siembro siempre al alcance de mis yemas al borde voraz de la despedida.

Unos trozos como harapos demasiadas cuentas impagas todos los proyectos incumplidos todo lo que ya no seré. Mi cansancio patria de mis huesos muertos. Sangre tóxica. Días contados. Incertidumbre tan extensa como todos los desiertos salitrosos a un tiempo.

Muerte. Tanta. Muerte.

Amor atravesándome disolviéndome quemándome.

Una niña.

Y yo.







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Adónde

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Oler esos sitios

por donde dejé mi rastro

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la sombra del arce

las cuencas del tiempo

las piedras en los rieles

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adónde me fui yendo?

cuánto de mí fui dejando?

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No estoy dónde supongo

estoy en el borde de dónde creo haber estado

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(No estoy en el qué fue

sino en el que está siendo)

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no en lo que exploré

sino en lo renunciado

siempre un poco más lejos

que simplemente el otro lado

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en la raíz del musgo

en el corazón de la piedra

en la piel de la serpiente

en Alejandra

en su espalda

en sus manos

adónde no puedo volver

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ahí me fui

ahí me estoy buscando





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